domingo, 8 de julio de 2012

El nuevo amigo

Ya comenté en páginas anteriores de este diario, que nuestras armaduras, hechas de un material desconocido y que nos ofrecían una protección que jamás habríamos imaginado, nos fueron fabricadas por uno de los denominados demonios. Uno que, sin embargo, poco o nada tenía que ver con los que estábamos acostumbrados a tener delante en el campo de batalla.

No han sido muchas las clases de demonios que nos hemos encontrado en estos años. Podríamos decir que el grueso de las fuerzas, o el soldado de a pie, por llamarlo de alguna forma, es poderoso. Cuerpo potente y de más de dos metros de altura. Gran fuerza. Les hemos visto partir la espalda de un hombre de un golpe seco. Son de color rojizo y ojos negros como la noche.

Los demás no se alejan mucho de esta descripción, más allá de ser más o menos grandes. A excepción de ese tan enorme que nos encontramos, alado y de enorme tamaño y que debía ser algo muy especial. Consiguió huir. Nos vino bien, porque no teníamos muy claro como podríamos vencer algo tan poderoso.

Volviendo al principio, nuestras armaduras fueron construidas por un ser que difiere bastante de todo lo visto hasta ahora. No hemos visto otro como él. Apenas 60-65 centímetros, piel de un azul eléctrico. Muy delgado, enclenque, como si se fuese a romper al tocarlo. Nada más lejos de la realidad, cuando lo encontramos, uno de los nuestros fue lanzado a más de 6 metros de distancia al ir a capturarlo.

Él mismo se entregó. No opuso resistencia más que en ese momento, porque se vió amenazado. Desde ese día, nos hizo entender a base de gestos y gruñidos que estaba de nuestra parte. No sabemos el motivo, pero hasta ahora nos ha sido de mucha ayuda. Verle trabajar con sus herramientas es algo mágico.
Sus manos se pierden en el viento, El brillo que estalla tras cada martillazo ciega la vista, la velocidad y fuerza con la que golpea el yunque haría estremecer al mismísimo Thor.

No sabemos cómo construye las armaduras y las armas de esa aleación extraña, puesto que sólo disponemos de materiales básicos. ¿Un alquimista capaz de convertir cualquier cosa en lo que necesite? Lo desconocemos. Lo que sí sabemos es que estamos en deuda con él.  Tampoco sabemos los motivos que le llevan a ayudarnos, pero poco a poco se ha convertido en uno de los nuestros.
Esta noche, por primera vez, está cenando con nosotros. Hasta ahora le manteníamos encerrado por seguridad. Nunca se puso agresivo y parecía entender por qué lo hacíamos. Estamos cenando cerdo, para más señas. Parece ser que no lo había probado nunca pues lo olisqueaba mucho. Ahora come en silencio y escuchando. Como si estuviese aprendiendo, como si nos estuviese estudiando.

Se aproxima una gran tormenta. El cielo, oscurecido, se va tornando aún más negro a medida que se acerca. Promete agua. Mucha, como la última vez. Hemos aprendido a bailar bajo la lluvia, así que ya no nos dan miedo estas tormentas. No con estas armaduras. No con estas armas. No con nuestro amigo azul de nuestro lado.

Dios nos guarde.
Buena suerte a todos.

Dia 5549 Tras dia D
VDR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, mortal.