miércoles, 28 de diciembre de 2011

La habitación sin número (Fusilado)

(Relato fusilado de internet, corregido y haciéndolo fácil de digerir)


Aquel hombre llegó por fin al hotel tras ese largo viaje. Se dirigió a la recepción para registrarse y obtuvo la tarjeta-llave para la habitación número 17.
   Camino a ésta, observó en el mismo pasillo una habitación sin número que le extrañó y, una vez dejadas las cosas en su habitación, volvió a recepción a preguntar por esa característica puerta. La recepcionista le dijo que no se le ocurriese llamar, ni entrar ni tampoco mirar por la cerradura.

El hombre, tras el largo viaje, se marchó a su habitación a descansar, no sin antes, preso de una brutal curiosidad, echar una ojeada por la mirilla, haciendo caso omiso a las advertencias recibidas. Lo que observó fue una habitación parecida a la suya, y en una esquina una mujer de piel blanca arrodillada, frente a la puerta, con los ojos cerrados. Estuvo a punto de intentar entrar pero algo le dijo que no lo hiciese. El cansancio hizo el resto y se marchó a su habitación.

A las pocas horas despertó y, con una tremenda curiosidad en el cuerpo, volvió a salir al pasillo a mirar por la cerradura. Lo único que vio fue algo rojo al otro lado de la cerradura. Pensó que la mujer le vio la anterior vez que miró y tapó la cerradura con algo.

Como ya estaba desvelado, bajó a recepción y preguntó por esa mujer. La recepcionista suspiró..
- Como usted ha hecho caso omiso a mis advertencias y ha mirado, le contaré la verdad. En esa habitación se practicaron ritos satánicos hace muchos años. Todos murieron. Se dice que algo fue invocado. Las leyendas cuentan que la particularidad de ese demonio es que aparte de ser una mujer de piel muy clara, sus ojos son de un color muy rojo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, mortal.